"Soñar y actuar para construir nuestro propio destino"


Muchas veces me han preguntado por qué insisto en la importancia de que la gente participe en la política. Algunos incluso han llegado a decirme: ¿Por qué un joven profesional como usted pierde el tiempo en semejante tarea?
En una realidad como la nuestra suele ser grande la tentación de creer que todo es igual, que todo da lo mismo, que cualquier rumbo es parecido.
Pero a mi me gusta responder, sin gritos, sin sobreactuaciones, pero con la firme convicción de haber sido coherente en mi accionar, que hay otra forma de hacer las cosas, que no todo es igual.
Y a éstas palabras puedo confirmarlas con múltiples acciones que hemos emprendido.
¿Cuál es esa otra forma de hacer las cosas?
Es soñar y actuar para construir nuestro propio destino.
Es entender que la participación es una ancha avenida que podemos transitar juntos. Que hay una opción superadora del resentimiento y de los desencuentros.
Que es posible investigar la realidad para conocerla y poder transformarla, como lo estamos haciendo en Rafaela, Reconquista, Venado Tuerto, Rosario y Santa Fe los nuevos nodos establecidos por el gobierno de la provincia.
Es trabajar para que una reforma constitucional sea producto del diálogo y la participación de todos los santafesinos, cimentando una provincia políticamente federal, que reivindique la regionalización, las autonomías y la descentralización municipal.
Es enfrentar la crisis internacional, formulando propuestas al Gobierno para superar las dificultades que seguramente todos vamos a atravesar, intentando construir de verdad una provincia económicamente próspera.
Es abordar cada realidad con respeto por su idiosincrasia, por ello hemos abierto sedes en las ciudades de Santa Fe, Rosario y Reconquista.
Es mostrarles a nuestros jóvenes un rumbo capaz de alentar su compromiso social, invitándolos a formarse como dirigentes y participar del deporte, la cultura o la colaboración voluntaria en tareas sociales, para revalorizar a las instituciones, a la democracia y al poder de sus propios sueños transformadores.
Es incorporar a esos jóvenes a la vida en comunidad, desde lo bueno y positivo y no desde las especulaciones y las mezquindades.
Es convocar a hombres y mujeres del pensamiento nacional o internacional para que nos ayuden a tener la mente abierta, con capacidad de aprender de los demás, y así poder superarnos y mejorar todos los días en beneficio de la sociedad donde vivimos. Es fomentar temas de significación como la justicia, la seguridad y el respeto a los derechos humanos.
Es preocuparnos por los problemas cotidianos de los vecinos, que no son cuestiones menores, como la pintura de la escuela, el techo del dispensario, la asistencia jurídica a los que no la tienen, el desarrollo de múltiples actividades con los centros de jubilados.
Es apoyar a los hacedores de la cultura de nuestra tierra, tantas veces postergados.
Es bregar pacíficamente porque exista un dispensario abierto las 24 horas, todos los días del año.
Es fomentar la convivencia realizando charlas educativas sobre accidentología, adicciones y prevención.
Es haber bregado tanto por la descentralización municipal, hasta demostrar que era necesaria y lograr después que incipientemente se vaya realizando.
Es alegrarse porque otros toman nuestras ideas, sin mezquindades, sabiendo que en definitiva su implementación es para beneficio del conjunto
Es realizar retiros de trabajo con militantes de este sueño, para profundizar el debate y las acciones.
Es preocuparnos por el medio ambiente, al que por no haberlo respetado debimos sufrir en las inundaciones, en los bajos submeridionales, y en el inadecuado tratamiento de los residuos urbanos sólidos.
Es soñar con la implementación de escuelas hogares y escuelas de doble jornada en instalaciones como las del Liceo de Recreo y el Gada 121, para brindar un horizonte a muchos de nuestros jóvenes que están en situación de riesgo.
Es formar una institución seria, como la Fundación Centro, que desde hace años está abierta a todos, constituyendo un punto de referencia para una sociedad donde éste tipo de iniciativas no abundan.
Es participar desde una fuerza que no le tiene temor a lo nuevo sino que lo impulsa y lo sostiene con su accionar, soñando y trabajando para construir con esperanza una sociedad de iguales.
Es levantarse todas las mañanas y poder mirar a los ojos a cualquier vecino.
Es actuar por convicción, no sólo durante una campaña electoral, mostrando con empeño y vocación que no somos más de lo mismo. Que no somos el pasado, que estamos en cada problema presente, y que así, con alegría y decisión, pensamos protagonizar el futuro.